Aparentemente, la ley del Karma (causa y efecto) se aplica a todas las criaturas en el universo, según la creencia popular. Pero existe un problema con esta creencia. Te lo explicaré en detalle ahora.
La ley del Karma es extremadamente intrincada, pero finalmente se reduce al hecho de que si haces buenas acciones cosecharás buenos frutos. Al contrario, si haces malas acciones obtienes malos frutos. Para que esta ley trabaje, es indispensable la presencia de un “hacedor”. Este “hacedor” no puede ser el Ser o Su Poder. El Ser es absolutemente Libre a inconcebible, y Su Poder es un Hacedor (no un “hacedor”). Su Poder es asimismo tan Libre e inconcebible como Él. De ahí que los “únicos” hacedores que uno puede hallar aquí son los “individuos limitados” (los que creen que son “alguien más”, como te enseñé en mi artículo previo).
Estos individuos limitados, creyendo que son “alguien más aparte del Ser” son aptos para gozar de la desgraciada ley del Karma. Los individuos limitados son el Ser pero enloquecido. Son almas atómicas dotadas de un órgano psíquico interno (intelecto, ego y mente). En Sánscrito, la palabra “ego” se escribe “yo-hacedor”. Por lo tanto, aquí tienes al “hacedor” que actúa como un vínculo entre el individuo limitado y la ley del Karma. Sin “ego”, la ley del Karma no puede funcionar. Las almas no son esencialmente “hacedoras”… necesitan del “ego” para convertirse en “hacedoras”. Por esto es que los sistemas filosóficos ponen considerable esmero en enseñarles a los aspirantes espirituales a no considerarse a sí mismos como los “hacedores” de sus acciones. La enseñanza usual de meramente hacer acciones sin ningún apego a sus frutos claramente muestra lo que quiero decir. Existe otra manera de hacer acciones sin ego involucrado: hacer acciones mientras uno contempla al Señor. Cualquiera sea el método, la meta final es quitar al “ego” (al hacedor) para que tus acciones no generen ningún fruto al final. Si producen frutos (buenos o malos), estás aún bajo el poder de la ley del Karma. Y si estás bajo su poder, tus nacimientos proseguirán y proseguirán hasta que experimentes todos los frutos de tus acciones y finalmente logres iluminación espiritual. Esto es 101 en espiritualidad (en definitiva, es elemental).
Pero, con el tiempo, ha tenido lugar una tergiversación común de esa enseñanza acerca de la ley del Karma. Solamente los individuos limitados dotados de “ego” pueden estar bajo su dominio. El resto de las criaturas “no pueden”. Por ejemplo, si le enseño a alguien a no considerarse a sí mismo como el hacedor de sus acciones de modo que pueda desembarazarse de la ley del Karma (y toda su desgraciada progenie de nacimiento, muerte, dolor, placer, etc.), esta persona debe tener “ego” primero. No puedo enseñarle a una criatura sin ego ningún método espiritual para quitar el “ego”, porque esta criatura no tiene ninguno en primer lugar. Por ejemplo, los gatos de mi vecindario no son los lectores de mi blog. No son mis admiradores tampoco. El gato de mi vecino me visita cada tanto… y me pide comida también, obviamente. Los gatos son así, tú sabes. De todos modos, nunca pude pasarle a ese gato la dirección web de mi blog para que se deshaga de su felino ego.
Como declaré en un artículo del sitio web principal hace algunos años, como carne. Fui vegetariano por ocho años en el pasado, pero como nunca noté ninguna mejora en mi desempeño espiritual (de hecho, se sentía peor), abandoné. Ahora no estoy para nada interesado en la comida. ¡Y hablo en serio! Sólo como para que este cuerpo físico sobreviva y eso es todo. De alguna manera, perdí mi interés en los sabores. Mi actual acto de comer es como el de un automóvil recibiendo combustible para seguir funcionando. No estoy a dieta tampoco… bien, retornando al tema de la carne, si algún día en el futuro ese gato me roba un bife (filete), estoy seguro de que no lo odiaré por eso y luego emprenderé una cruzada contra el gato ratero y todos los gatos del barrio en el nombre de la justicia, Dios, etc. ¿Por qué? Porque el gato de mi vecino no tiene ego. La gente siempre dice que “¡son animales!”. Con eso, ellos quieren decir que los animales no tienen ego. Como son así, ¡no están bajo la ley del Karma jamás! Un ser humano, o un demonio (no bromeo) o una entidad superior todavía dotada de ego “están” bajo la ley del Karma. El resto de las criaturas que carecen de ego están bajo la ley de la “naturaleza” (no bajo la ley del Karma). Estoy diciendo la verdad.
La humanidad no es la más grande creación del Ser. NO. Existen mundos inferiores donde residen demonios. A su vez, existen mundos superiores donde residen entidades superiores. Un aspirante espiritual muy avanzado, por ejemplo, puede llegar a un estado “casi” liberado durante su vida. Después de eso, no nace aquí ya más, sino en un mundo superior. Habiendo nacido en un mundo superior en un estado espiritual muy avanzado, es capaz de terminar su tarea allí y conseguir Liberación Final. Entonces, la creencia usual de que solamente el mundo de los humanos es apto para lograr Liberación Final no es siempre cierta, porque algunos aspirantes espirituales muy avanzados pueden evitar esto de esa manera. Oh bien, podría escribir volúmenes acerca de estos extraños temas. El universo del Yoga está plagado de este tipo de malentendidos.
Sin embargo, ¿por qué me tomé el trabajo de mostrarte que solamente las criaturas con ego (demonios, humanos, entidades superiores) están bajo la ley del Karma? Mi respuesta ahora: el ego no es nada más que una masa de impresiones (olvídate de la definición usual de ego como “arrogancia, vanidad, etc.”). Cada vez que haces una acción con tu mente andando (cuando está encendida), se retiene una impresión de esa acción. Las acciones buenas y malas realizadas mientras la propia mente está funcionando dejarán impresiones que producirán buenos y malos frutos. Como la mayoría de las personas sufre de la “enfermedad” llamada “pensar constantemente”, todos ellos están acumulando impresiones a partir de sus acciones. Esta enfermedad es considerada como “buena salud” pues la gran mayoría de las personas la padece. De esta forma, la enfermedad es incluso aceptada como un estado normal. Aún así, es una enfermedad, y estoy absolutamente seguro de ello. Ahora, a un aspirante espiritual se le enseña a detener su mente a través de distintos métodos. Esta acción de parar la propia mente “también” deja una impresión. Por lo tanto, en un aspirante espiritual existirán impresiones en dos sabores: con mente andando y con mente detenida.
A medida que el aspirante espiritual avanza en sus trances, la cantidad de impresiones de mente detenida aumenta. Hay un momento cuando su número es suficiente y estas impresiones comienzan a fagocitar a las impresiones dejadas por acciones que se realizaron con mente andando. ¿Me comprendes? Es de esperar que sí. Ésta es una de las razones por la que algunos malos hábitos desaparecen espontáneamente en él. Comienza a preguntarse cómo pudo desaparecer ese mal hábito “así como así”, del mismo modo en que yo me preguntaba cómo desapareció naturalmente hace varios años mi acto de deleitarme con los sabores. Y ese aspirante espiritual sigue incrementando sus trances y su mente continúa estando detenida por un cierto período de tiempo cada día. Con los años, la cantidad de impresiones de mente detenida es tan gigantesca que ellas devoran a las que se formaron por acciones hechas con la mente funcionando. En este preciso momento, su ego (que es ahora una masa de impresiones de mente detenida) se hace pasivo (lit. transferido… esto es difícil de explicar en palabras) y posteriormente tiene lugar la iluminación espiritual. Si su cuerpo físico se retiene, necesitará de un ego para funcionar como ser humano en este mundo, pero este ego está quemado en el sentido de que no tiene nada que ver con la ley del Karma. Por esto es que un liberado puede realizar cualquier tipo de acción y nunca obtener el respectivo buen o mal fruto.
Una persona iluminada sólo es comprendida por otra persona iluminada, porque lo que es superior no puede ser entendido por lo que es inferior. Ésta es una ley también. Un maestro espiritual liberado, por ejemplo, es capaz de realizar cualquier tipo de acción para que su discípulo avance. Como ese maestro es libre, no está sujeto a la ley del Karma. A esto sólo lo hacen los liberados, no los atados. Si una persona en esclavitud utiliza esta enseñanza para su propio beneficio y engaña a otras personas diciendo que puesto que es “liberada” puede hacer cualquier acción, sólo está acumulando más y más impresiones que producirán los correspondientes frutos horribles, como es obvio. Ya que no hay escasez de tontos en este mundo, aquí ellos tienen mi enseñanza para que sigan acumulando mal Karma. Cuando uno enseña a mucha gente al mismo tiempo, este tipo de cosas es inevitable. Por ejemplo, cuando mi propio Gurú explicaba la experiencia de iluminación, tenía que seguir cambiando la versión frecuentemente porque habían algunos tontos diciendo que ellos eran iluminados y tratando de engañar a la gente mediante el relato de una experiencia de iluminación que no era suya. Entonces, mi Gurú cambiaba la versión y los tontos tenían que cambiarla también, jaja. ¡Unos divertidísimos juegos del Ser, sin duda!
Muy por el contrario, no cambiaré mi versión. Como consecuencia de ello, los tontos pueden tomarla y engañar a otra gente si lo desean. Pero todo lo que se hace con una mente funcionando producirá su respectivo buen o mal fruto tarde o temprano. Quizá no la estoy cambiando para que esos tontos sean atrapados por la ley del Karma… ¿quién sabe? De todas formas, mi consejo es siempre “no jugar con enseñanzas sagradas”, porque esto conlleva siempre un espantoso Karma. Mientras que uno podría pensar que “nadie” está vigilando, Su Poder está patrullando todo el tiempo. Si uno es lo bastante tonto como para mentir sobre cosas sagradas, experimentará los frutos de tales acciones de modo desagradable. Estoy también absolutamente seguro de eso. Por ejemplo, si veo a alguien adorando al Ser de manera extraña… lo dejo en paz. Uno nunca sabe lo que está ocurriendo allí. Si esa persona por casualidad es un santo verdadero, el que lo perturbe podría incluso traerme malas consecuencias. Si le digo esto a la gente ordinaria, ellos muy probablemente se reirán de mi precaución extrema. Esto se debe a que ellos ignoran todo sobre la ley del Karma y los modos de Su Poder.
Como resultado, una persona liberada (si retiene su cuerpo físico) es alguien con un ego quemado que no está más bajo la ley del Karma. No carece completamente de ego, porque sin algún tipo de ego no podría funcionar como ser humano en este mundo. Y si esa misma persona abandona su cuerpo en el momento de la Iluminación, otras cosas pueden ocurrir. De todas formas, mi argumento es que “ningún ser humano puede volverse una criatura sin ego (p. ej. los animales) después de su muerte”. ¿Por qué? Porque eso equivaldría a “perder su ego” en el proceso. Si su ego se pierde, también se pierden todas las impresiones acumuladas de sus acciones anteriores. ¡La ley del Karma no le permitirá perder su ego o no experimentará los frutos de sus acciones jamás! En definitiva, “decir que un ser humano o cualquier otra criatura dotada de ego” es capaz de volverse un animal en un nacimiento futuro es un disparate total. A su vez, un animal podría ascender de algún modo hacia la etapa humana si se las arregla para conseguir un ego humano. Al presente, ignoro cómo podría un animal hacer eso pues no es capaz de ser “meritorio o merecedor” en un sentido humano debido a la ausencia de ego. Bien, como lo ignoro por ahora, dejaré eso como una “posibilidad”. Por supuesto, el Ser puede romper todas las leyes en cualquier momento y promover a voluntad a un animal a la etapa de ser humano. O bien, puede convertir a un ser humano en un mosquito si así lo desea. No tengo dudas sobre Su Libertad. Aún así, Él no romperá las leyes generadas por Su propio Poder en la gran mayoría de los casos.
Los individuos limitados están viviendo en un reality show colosal entonces. Puede que piensen que están “solos” a veces, pero Su Poder está siempre con ellos en todo momento. En este sentido, la mayoría de las personas no están nunca libres de la ley del Karma. Su Poder ve cada acción a través de tus propios ojos; Su Poder percibe cada acción ocurriendo en tu mente también, y así sucesivamente. Como resultado, todas las acciones que un ser limitado realiza en su mente, cuerpo o mundo están siendo grabadas constantemente por Su Poder. Estas grabaciones son las “impresiones” que conforman su ego. Para escapar a la ley del Karma, uno debe seguir el método correcto como te enseñé arriba, creando impresiones de mente detenida. No hay ninguna otra manera. Sí, puedes elegir de entre diferentes técnicas, pero el proceso de Liberación es siempre lo mismo.
Después de este artículo, supongo que el lector es menos ignorante que antes. ¡Felicitaciones! Bromeo porque estoy cansado de escribir. En el próximo artículo hablaré sobre “maestro espiritual y discípulo” para arrojar luz sobre ese importante tema.